,

¿Qué significa servir?

lunes, 22 de marzo de 2010 Dejar un Comentario

ESCUCHAR ESTA ENTRADA...






Esta, como tantas otras palabras ha adquirido una connotación muy desafortunada. Para la mayoría de las personas, el servicio es sinónimo de servilismo o de sumisión. Un sirviente es un criado o un esclavo humillado y sometido que atiende las necesidades de otra u otras personas.
Nadie quiere servir, porque se piensa que ello es degradante, y hay quienes afirman que el servicio es solo para los perdedores, los mediocres, los pusilánimes. Ya que los vencedores, los poderosos, los líderes, mandan. Y el resto, es decir, los sirvientes, obedecen y se someten.
En el más favorable de los casos, servir es prestar una ayuda a quien, o donde se necesita. Y en mi opinión, este último aspecto es lo más parecido a lo que es el verdadero espíritu del servicio.
Servir, no sólo es una loable actitud, sino un poderoso imperativo de la naturaleza. Y enfatizo que no solo me refiero a la naturaleza humana, sino a la naturaleza en general. Para poder explicarme me valdré de una serie de ejemplos que en principio te podrán parecer absurdos, pero si me sigues, verás cómo, finalmente, la idea de servir no solo te resultará más natural, sino absolutamente necesaria como un componente fundamental de tu propia naturaleza como ser humano.
Así pues, imagina un helicóptero, ¿Tú crees que sea factible usarlo como cuchara para comer sopa?, o ¿Crees que una cuchara se pueda usar como puerta para tu casa?, o ¿Crees que la puerta de tu casa la puedas usar como neumático para tu vehículo?, o ¿Crees que los neumáticos de tu vehículo puedas usarlos como aguja para remendar un calcetín?, o ¿Crees que esa aguja puedas llegar a usarla como globo aerostático?, o un globo aerostático se pueda usar como jeringa hipodérmica, o una jeringa como chaqueta, o una chaqueta como bolígrafo. En fin, esta podría ser una cadena interminable de cosas absurdas, y son absurdas porque bajo el más elemental sentido común, es imposible usar un helicóptero como cuchara para comer sopa, y lo mismo pasaría con el resto de los ejemplos.
Sirva lo anterior (Aunque un tanto descabellado), para convenir que todas las cosas que hemos inventado o creado los seres humanos, tiene un fin claro y concreto. Y aunque si bien es cierto que algunas veces podemos darle un uso un poco distinto a las cosas, en relación a su función primordial, queda claro que entre más nos alejemos de ese uso, más entramos en un aspecto que se nos antojaría absurdo, y hasta contranatura.
De lo establecido, podemos comprender que si los seres humanos hemos creado todo un entorno, teniendo como premisa, que cada cosa tiene en sí misma un propósito, ¿porqué no creer que la naturaleza, que se rige por una impecable economía de recursos, no haya creado todo un universo, en donde cada componente, por pequeño o insignificante que nos pudiera parecer tiene también un propósito en si mismo?
Me gusta creer que cada cosa que existe tiene su propia finalidad, desde la microscópica bacteria, hasta la portentosa e inconmensurable galaxia. Y lo maravilloso de todo, esto es que, dentro de esa escala te encuentras tú, me encuentro yo, y todos los seres humanos. Es decir, que si no lo has comprendido, tú fuiste creado con un propósito.
Lamentablemente querido lector, no es a mí a quien le corresponde revelarte ese secreto, en un sentido porque yo estoy bastante ocupado tratando de entender cuál es el mío. Y por otro lado, esa es, según entiendo, la razón por la que cada uno de nosotros hemos venido al mundo. Todos buscamos el sentido de nuestra vida.
Lo que sí me queda claro es que, hay una parte de ti que lo intuye, y esa parte se manifiesta como lo que llamamos “vocación”. Busca dentro de ti y verás cómo tú eres virtuoso para algo, sólo trata de recordar qué es aquello que más disfrutas, qué es lo que te hace sentir libre y profundamente dichoso cuando lo realizas. Evoca aquello que cuando lo haces lo gozas tanto, que no necesitas que te lo reconozcan, o que te paguen por hacerlo. Aquello que harías aunque no te pagaran. Qué es eso con lo que te apasionas tanto haciéndolo, que se te olvida comer y te desvelas por el puro gozo de hacerlo.
Si acaso pudiera señalar un punto medular en este post es lo que sigue:
Si ya has encontrado tu vocación ejércela, y mucho, porque para ello has venido al mundo, porque ese, y sólo ese, es el propósito para lo que has despertado a esta vida maravillosa.
¿Porqué nos parece absurdo tratar de usar un helicóptero como cuchara, o una cuchara como puerta?. Pues porque ese no es el propósito con el que se hicieron esos objetos. Un helicóptero no “sirve” como cuchara, y en sentido contrario, cuando algo “sirve”, es porque lo estamos usando con el propósito para el que fue creado. Y aunque suene extraño, cuando usamos algo con el propósito con el que fue creado lo estamos dignificando, le estamos permitiendo que encuentre su propia esencia, su propio ser.
Aquí está entonces el significado profundo del servicio. Sólo sirve quien se es fiel a sí mismo y a su propia naturaleza, aquel que ha buscado en sus océanos interiores y sabe cuál es su vocación. En otras palabras, sólo puede servir quien es libre.
Ahora bien, si es que te estás preguntando “Pero ¿Cómo puedo descubrir cuál es mi vocación?, ¿Cómo saber cuál es mi propósito en la vida?”…
Pues como te dije antes, solamente tú puedes encontrar la respuesta a esa pregunta. Sin embargo existe un indicador que te señala si vas por buen camino. Pregúntate en cada cosas que hagas, además de a ti mismo, a quién más le es útil eso que has realizado.
Así es. El propósito de todo cuanto existe, lo encontramos viendo que tanto “sirve” a su entorno. Aprendamos a servir, porque ello nos hace libres, nos dignifica, nos brinda una inefable paz interior.
Solo sirve quien es libre, servir es un honor.


Compartir


0 comentarios »

Escribir comentario!

Gracias por tu comentario